El Club Atlético Platense, uno de los equipos más tradicionales del fútbol argentino, es conocido por su distintiva camiseta blanca y marrón.

Esta elección cromática, sin embargo, no fue la primera opción para los fundadores del club, y su origen tiene raíces en una historia de caballos y apuestas que se remonta a principios del siglo XX.

El club fue fundado el 25 de mayo de 1905 en el barrio porteño de Recoleta por un grupo de jóvenes entusiastas del fútbol. Inicialmente, los colores elegidos para la camiseta del equipo fueron el rojo y negro, una combinación vibrante y llamativa. Sin embargo, estos colores fueron rápidamente reemplazados por el blanco y marrón, una decisión que dejó a muchos preguntándose sobre el motivo detrás de este cambio tan drástico.

La explicación se encuentra en una curiosa anécdota relacionada con el stud hípico Platense. La historia cuenta que los jóvenes fundadores apostaron unos pesos al caballo Gay Simon, perteneciente a este stud, en una carrera en el Hipódromo Nacional. La victoria del caballo les proporcionó los fondos necesarios para fundar el club y, en honor a este golpe de suerte, decidieron nombrar a la institución como “Platense”. Inicialmente, optaron por los colores rojo y negro, no obstante, estos fueron cambiados poco después por el blanco y marrón, en reconocimiento a la vestimenta del jinete que ganó la carrera.

Así, los colores blanco y marrón del “calamar” no son solo una elección estética, sino un tributo a los orígenes fortuitos del club y a la historia de su fundación. Este cambio no sólo consolidó una identidad visual única en el panorama del fútbol argentino, sino que también mantuvo viva una anécdota histórica que vincula al club con sus humildes y azarosos comienzos. Platense, con su camiseta blanca y marrón, no solo juega al fútbol, sino que también honra cada vez que pisa el campo a aquel caballo y a aquellos jóvenes soñadores que un día apostaron todo por su pasión.