Un hallazgo arqueológico asombró a la comunidad científica y al público en general.

Un ancla romana, encontrada a 50 metros de profundidad cerca de Palinuro, Campania, proporciona una nueva perspectiva sobre la navegación antigua.

El reciente descubrimiento de un ancla romana en las aguas cercanas a Palinuro, en la región de Campania, causó gran conmoción a la comunidad científica. El ancla se halló a 50 metros de profundidad. Esta ancla de plomo, datada en el año 253 a.C., es un testimonio invaluable de las rutas marítimas y técnicas de navegación de la época romana. Aunque no se encontraron otros restos de la nave, este hallazgo abre una ventana al pasado, permitiéndonos imaginar el vasto alcance del Imperio Romano.

El tesoro fue posible gracias a la utilización de un robot marino de última generación, que permitió documentar el hallazgo de manera fotográfica y topográfica. El avance tecnológico fue relevante para explorar zonas submarinas de difícil acceso y revolucionó la manera en que se realizan las investigaciones arqueológicas. Sin embargo, a pesar de la emoción generada, las autoridades decidieron no recuperar el ancla del fondo del mar, prefiriendo preservarla en su entorno natural para estudios futuros.

El Ministerio de Cultura italiano tuvo un papel fundamental en la coordinación y protección de este hallazgo. Este organismo llevó a cabo diversos proyectos para documentar y preservar los tesoros arqueológicos submarinos del país. En una reciente misión, un buzo logró extraer una ánfora del fondo marino, que ahora está siendo minuciosamente analizada por los expertos.

Estos esfuerzos destacan la importancia de proteger y estudiar los restos arqueológicos que yacen bajo el mar. Este hallazgo en Palinuro se suma a una serie de descubrimientos arqueológicos, como la tumba principesca de 27 siglos de antigüedad encontrada por investigadores de la Universidad de Bolonia en Corinaldo, revelando posibles conexiones entre la nobleza picena y la cultura etrusca.