Desde el siglo XVI hasta la era moderna, las raquetas de tenis transitaron un camino de innovación, transformándose de rudimentarias piezas de madera a sofisticadas estructuras de fibra de carbono, redefiniendo el deporte hasta hoy.

La historia del tenis es fascinante y su evolución está ligada con la evolución de sus raquetas. Desde las humildes raquetas de madera del siglo XVI hasta las sofisticadas raquetas de fibra de carbono que hoy sostienen los grandes campeones, cada cambio en los materiales y el diseño influyó en como se juega este deporte.

Las primeras raquetas de tenis datan del siglo XVI y eran notablemente diferentes de las actuales. Eran más pequeñas, con un cordaje diagonal en lugar del actual patrón vertical y horizontal. Estas raquetas, hechas principalmente de madera, tenían una construcción rudimentaria, sin distinción clara entre la cabeza y el mango. Fue en el siglo XIX cuando comenzó a vislumbrarse la raqueta moderna, con la introducción de una diferenciación clara entre la cabeza y el mango, y un cordaje estructurado.

El siglo XX trajo consigo una revolución en la fabricación de raquetas. Se comenzaron a utilizar maderas más duraderas como caoba, nogal y fresno para la cabeza, mientras que arce y cedro fueron preferidos para el mango. A principios de la década de 1960, la madera todavía dominaba, pero la llegada del metal cambió las reglas del juego. René Lacoste, una leyenda del tenis, creó en 1965 la primera raqueta metálica, que fue rápidamente adoptada por Wilson, dando lugar a la famosa Wilson T-2000, utilizada por el icónico Jimmy Connors.

El verdadero cambio llegó en la década de 1980 con la introducción de la fibra de carbono y el grafito, materiales que ofrecían una combinación perfecta de ligereza y durabilidad. Esto permitió a los jugadores ejercer un mayor control y potencia en sus golpes, haciendo el juego más rápido y emocionante. Tenistas como John McEnroe y Steffi Graf se destacaron en esta era, utilizando estas raquetas para perfeccionar sus estilos de juego.

En la actualidad, las raquetas continúan evolucionando, con experimentos en materiales como el titanio y el kevlar, aunque el grafito sigue siendo la base predominante. Las marcas no cesan aún su búsqueda de innovación, desarrollando raquetas que son cada vez más ligeras y que ofrecen un mayor control, adaptándose así, a las necesidades de jugadores de todas las edades y niveles.