El iceberg más grande del mundo se separó de la Antártida
Un bloque gigante hielo está en movimiento tras décadas encallado en el fondo marino. Los investigadores creen que se dirige al Atlántico sur
Se trata del iceberg de mayor tamaño y el más antiguo del mundo, llamado A23a que se desprendió del vórtice oceánico que lo mantenía atrapado cerca de las Islas Orcadas del Sur, en un archipiélago de la Antártida.
Este coloso de hielo, con un peso estimado de casi un billón de toneladas y una superficie de 3.600 kilómetros cuadrados, equivalente a cinco veces la superficie de Nueva York, se encuentra ahora a la deriva en el Océano Austral.
Según los científicos del Instituto Polar británico, el mega témpano, viajará con destino a las aguas más cálidas del Atlántico Sur, donde eventualmente se romperá en fragmentos más pequeños hasta desaparecer.
El doctor en geología y glaciólogo Lucas Ruiz, investigador adjunto del Conicet en el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA), explicó que lo visible del témpano representa apenas el 10% de su volumen total, ya que el resto permanece sumergido hasta alcanzar el fondo marino.
En octubre de este año, el informe Protecting a Changing Southern Ocean, de la Coalición Antártida y del Océano Austral (ASOC), se sumó a la evidencia científica creciente y alertó sobre las “anomalías sin precedentes” que enfrentan la Antártida y el Océano Austral, con temperaturas récord, olas de calor marinas más frecuentes y un deshielo acelerado. Estas conclusiones coincidieron con reuniones clave sobre conservación de los recursos del planeta, como la COP16 en Colombia.
Sin embargo Ruiz afirma que hace falta más investigación para determinar si el aumento de la temperatura provocado por el calentamiento global es la causa del desprendimiento de este témpano gigante, o si, en el caso de A23a, se trata del proceso natural de vida de los icebergs, que a medida que se desprenden de la plataforma antártica, navegan hacia aguas más meriodionales.
Su masa, alguna vez colosal, está disminuyendo a medida que avanza hacia zonas más cálidas alejadas de la Antártida, un viaje que, según los expertos, acelerará su desintegración.