El inicio del trayecto fue un grupo de creativos amigos apodados “El Club Del Auto Viejo” que se juntaban a jugar al fútbol en un baldío de Florencio Varela, en las tierras de Don Eugenio Calvi, donde un vehículo en desuso hacía las veces de vestuario. Esos pujantes muchachos junto con sus familiares y algún que otro vecino más pudiente, dieron origen al club cuyo nombre no tiene sentido lógico, ni poético. *“A uno de los pibes se le ocurrió y quedó así”, declaró muchos años después uno de esos adolescentes, ya peinando canas.

Hoy, el verde y el amarillo distinguen a Defensa y Justicia, sin embargo, los elegidos en aquel entonces fueron el azul y blanco, colores que vistieron hasta mitad de la década del 80.

Aquel club de origen futbolero, fue más social que deportivo hasta casi finales de los 70. Los recitales, los bailes y los juegos de mesa sirvieron para recaudar el dinero necesario y así gestionar un terreno para el estadio y afiliarse a la AFA en 1977. A una semana del inicio del campeonato del año siguiente, se inauguró la cancha “Libertador General José de San Martín”, que cambiaría su nombre por “Norberto ´Tito´Tomaghello” en 1990.

El 4 de Marzo del 78 debutó en Primera D y en sólo 9 años, logró la marca histórica de llegar a la Primera B Nacional, ascendiendo cuatro categorías del fútbol argentino.

En 1985 asumió la presidencia un empresario, dueño de la transportes llamada “El Halcón” cuyos colores eran el verde y amarillo. Ambas características fueron adoptadas por el club, terminando de forjar su identidad futbolera.

Luego de 23 años en la segunda categoría, el 14 de Mayo de 2014 Defensa y Justicia le ganó 1 a 0 a San Martín de San Juan y ascendió a Primera División, con Diego Cocca como DT. El resto de la historia es conocida. En 6 años, no solo se afianzó en Primera sino que obtuvo la Copa Sudamericana 2020. Ahora, va por más.

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