Día Nacional de la Medicina Social
A casi 100 años del nacimiento del reconocido médico y eminencia René Favaloro, desde FM Federal compartimos sus frases, trayectoria, avances y aportes a la medicina mundial.
René Gerónimo Favaloro nació un 12 de julio de 1923 en la ciudad de La Plata. Hijo de padre carpintero y madre modista, se crió en una casa humilde del barrio “El Mondongo”. Gracias a sus padres aprendió a valorar el trabajo y el esfuerzo. Su abuela materna le inculcó el amor por la tierra y la emoción de ver cuando las semillas dan sus frutos. A ella, especialmente, le dedicaría su tesis de doctorado “A mi abuela Césarea, que me enseñó la belleza hasta en una pobre rama seca”
Con tan solo cuatro años de edad comienza a manifestar su deseo de ser “doctor”. Una de las razones puede ser que de vez en cuando pasaba unos días con su tío médico, y allí pudo conocer de cerca el trabajo en el consultorio o visitas domiciliarias, quizás simplemente tenía vocación de servicio propia de su profesión.
Estudia en la facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La Plata. Mientras cursaba las materias correspondientes a su año, se entremezclaban con los alumnos de sexto año de las cátedras de Rodolfo Rossi o Egidio Mazzei, ambos titulares de Clínica Médica. También se escapaba a presenciar las operaciones de los profesores José María Mainetti (ver foto), de quien captó su espíritu renovador, y Federico E. B. Christmann, de quien aprendió la simplificación y estandarización que aplicaría después a la cirugía cardiovascular, quizás la mayor contribución de Favaloro a las operaciones sobre el corazón y los grandes vasos. Sería Christmann quien diría, no sin razón, que para ser un buen cirujano había que ser un buen carpintero.
En 1950 se instala en Jacinto Araúz, un pueblo de la Pampa, tiempo después se suma su hermano, Juan José, también era médico, allí crearon un centro asistencial y trabajaron incansablemente para mejorar la calidad de vida de la población, en ese entonces, de 3500 habitantes.
Lograron que casi desapareciera la mortalidad infantil de la zona, redujeron las infecciones en los partos y la desnutrición, organizaron un banco de sangre viviente con donantes que estaban disponibles cada vez que los necesitaban y realizaron charlas comunitarias en las que brindaban pautas para el cuidado de la salud.
La vida de los pobladores era muy dura, donde la mayoría se dedicaba a las tareas rurales y debían afrontar severos cambios climáticos de esa región apartada. Pero Favaloro comenzó a interesarse por cada uno de sus pacientes, en los que procuraba ver su alma. De esa forma pudo llegar a conocer la causa profunda de sus padecimientos.
Sabía que habían procedido con honestidad y con la convicción de que el acto médico “debe estar rodeado de dignidad, igualdad, piedad cristiana, sacrificio, abnegación y renunciamiento” de acuerdo con la formación profesional y humanística que habían recibido en la Universidad Nacional de La Plata.
En una visita a su ciudad natal queda impactado con las intervenciones cardiovasculares. Poco a como renació un entusiasmo por la cirugía torácica, René quería participar de la revolución y no ser un mero espectador, por eso el Profesor Mainetti le aconsejó que viajara a Cleveland Clinic.
Con pocos recursos y un inglés incipiente, decidió viajar y permaneció allí durante una década. Favaloro pasaba horas y horas revisando cinecoronarias angiografías y estudiando la anatomía de las arterias coronarias y su relación con el músculo cardíaco.
A comienzos de 1967, Favaloro comenzó a pensar en la posibilidad de utilizar la vena safena en la cirugía coronaria. Llevó a la práctica sus ideas por primera vez en mayo de ese año. La estandarización de esta técnica, llamada del bypass o cirugía de revascularización miocárdica, fue el trabajo fundamental de su carrera, lo cual hizo que su prestigio trascendiera los límites de ese país, ya que el procedimiento cambió radicalmente la historia de la enfermedad coronaria.
Hoy en día se realizan entre 600.000 y 700.000 cirugías de ese tipo por año solamente en los Estados Unidos.
Su aporte no fue casual sino el resultado de conocimientos profundos de su especialidad, de horas y horas de investigación y de intensa labor. Favaloro decía que su contribución no era personal sino el resultado de un equipo de trabajo que tenía como primer objetivo el bienestar del paciente.
El amor por su país lo llevó a regresar a la Argentina en 1971, con el sueño de traer todo lo aprendido en Estados Unidos y abrir una clínica similar en el país, objetivo que llevó adelante con la apertura de la Fundación Favaloro en 1975. Se preocupó por transmitir sus conocimientos y lo hizo, algo que representó uno de sus mayores logros.
En 1980 creó el Laboratorio de Investigación Básica.
En 1992 inauguró el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular de la Fundación Favaloro, organismo sin fines de lucro que conserva el lema “tecnología de avanzada al servicio del humanismo médico” donde se brinda servicios altamente especializados en cardiología, cirugía cardiovascular y trasplante cardíaco , pulmonar , cardiopulmonar, hepático, renal y de médula ósea, además de otras áreas.
Un 29 de julio del año 2000 se despedía Favaloro, recordamos algunas de sus célebres frases que son ejemplo de su gran vocación humanitaria:
“Uno no solamente debe vivir para sí mismo, sino que debe vivir para la comunidad, y hacer algo por el mundo que uno vive”.
“Estoy absolutamente seguro de que el cambio de rumbo sólo puede lograrse a través de la enseñanza”
“Nunca recibí distinciones a título personal. Para mí el ´nosotros´ siempre estuvo por encima del yo”.
“Ha llegado la hora de trabajar con humildad y modestia verdadera. Hay que aprender a no marearse con las alturas de la montaña. En la montaña de la vida nunca se alcanza la cumbre”
“Si no tomamos conciencia del desastre ecológico que el hombre a desatado en nuestro planeta – la Argentina no queda excluida- las consecuencias serán terribles (…) Todos debemos comprometernos a luchar sin descanso por la rehabilitación del aire, agua y la tierra”
Fuente: contalix.com.ar / elcronista.com / findacionfavaloro.org
Foto: elhistoriador.com.ar / treslineas.com.ar
- por Daiana Rábalo