Un 31 de marzo, pero de 1889, la Ciudad Luz se preparó para la inauguración de un monumento que desafió al cielo y se convirtió en un símbolo de grandeza de la ciudad de París y de Francia: la Torre Eiffel.

La historia de la Torre Eiffel comenzó con un concurso organizado por el gobierno francés para conmemorar el centenario de la Revolución Francesa. Entre más de 100 propuestas, el diseño presentado por el ingeniero Gustave Eiffel y sus colaboradores, Maurice Koechlin y Émile Nouguier, fue el elegido.

La construcción de la torre inició en 1887 y duró dos años, dos meses y 5 días. El proyecto requirió de técnicas arquitectónicas innovadoras para la época, como el uso de remaches para unir las piezas de hierro forjado y el empleo de grúas hidráulicas para elevarlas. Por lo tanto, su edificación desafió las limitaciones de la época y su diseño siguió inspirando a arquitectos e ingenieros de todo el mundo.

A pesar de las críticas de muchos artistas de la época sobre la estructura, que atentaba contra la estética de la ciudad, la torre pronto se ganó la admiración del público y se convirtió en un símbolo del progreso y la modernidad.

Además, la Torre Eiffel también tiene un significado especial para la Argentina, ya que se construyó una réplica de la torre en Ituzaingó, localidad ubicada en la zona oeste del Gran Buenos Aires, aproximadamente a 34 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).