9 claves para hacer de la caminata, un hábito
Aunque a veces pasa desapercibida, la caminata es un ejercicio que reúne múltiples beneficios en todos los organismos
La psicóloga define 9 ítems para tener en cuenta a la hora de realizar esta actividad, sin renunciar en el intento.
Toda práctica deportiva tiene a mejorar la salud física y mental en todos los aspectos. A sabiendas de ello nos podemos preguntar: ¿Por qué no logramos convertirlo en un hábito y/o rutina?. Según la Dra. Ramírez, ocurre porque el placer inmediato, la pereza y la fuerza de voluntad pueden ser grandes boicoteadores.
En consecuencia, nos brinda distintos consejos para crear una rutina sostenible en el tiempo:
1. Ojo con las expectativas Si te dejas guiar por todos los comentarios de gente que camina o por lo que lees y ves en las redes sociales, igual piensas que caminar es “la bomba”. Y puede que no sea del todo así (al principio).
Mucha gente te dirá que caminar es lo mejor que puedes hacer en tu vida, que te sientes de maravilla, que te deja como nueva, que perderás peso… Y seguramente cuando ya lleves un tiempo y forme parte de tu rutina será así, pero quizá no de entrada, antes de que tu esfuerzo se convierta en hábito.
Así que debes ser realista. De lo contrario, los primeros días pensarás que la gente “exagera” y no te darás ni tiempo de ver por ti misma que te aporta mantener esta sana actividad.
2. Permite explorar tus propias sensaciones Sal a caminar y comprueba el nivel de esfuerzo que requiere para ti, lo ágil que te sientes, el ritmo que llevas. No te exijas nada. Solo aprende a conocerte. Tú eres tú y lo que tú sientes. No pretendas llevar el ritmo de nadie, o la distancia que hacen otros, o el tiempo que se marcan algunos. Tu ritmo y tu distancia estarán perfectos si a ti te van bien.
3. Camina con curiosidad Para Patricia Ramírez lo mejor es dejar la música en casa. Te puede parecer que caminar con música va bien porque te distrae pero justamente esto es lo que no necesitas. Busca un recorrido bonito y presta atención a lo que ves, a lo que oyes, a lo que hueles… Trata de caminar y prestar atención al presente. Es un momento para desconectar del ritmo de vida y conectar con tu cuerpo, la naturaleza o incluso los edificios que te rodean.
4. Si puedes “enganchar” a un amigo, hazlo Caminar con alguien puede tener más beneficios. No solo entrenas tu cuerpo, sino que te relacionas, hablas, compartes un objetivo, te animas y aumentas el compromiso. Es más difícil dejar tirado a tu compañero que dejarte tirado a ti mismo.
5. Busca el sentido a tu caminata El por qué y el para qué lo haces, son muy importantes. Aquí es dónde está el motor que te llevará a ponerte las zapatillas. A pesar de que los beneficios son la salud, puede que tú encuentres alguna motivación en la que los demás no caigamos: sacar el perro a pasear (en lugar de la “vuelta a la manzana”, da un rodeo a todo el barrio), mejorar tu aspecto físico, desconectar de la rutina de casa, tener un momento para ti solo… No tengas vergüenza ni te sientas culpable por tener una motivación que otros no vayan a entender. Si para ti es suficientemente importante, servirá.
6. Fíjate en los beneficios colaterales Vas a dormir mejor, te sentirás más ligero, puede que también se ordenen otros hábitos saludables, como cambiar tu alimentación o tus horarios.
7. No busques tiempo, encuéntralo La mayoría de personas achacan a la falta de tiempo el no practicar ejercicio. Por eso, en lugar de querer meter la caminata con calzador y que esto te suponga un factor de estrés añadido, trata solo de ver cómo puedes encajarlo bien durante el tu día a día sin que te suponga un cambio radical en tu rutina diaria: sustituye alguna otra actividad, acorta tiempos de otras cosas para ganarlos en caminar… Quizá puedes dejar de ver una hora de televisión, hacer una sobremesa más cortita o acostarte antes y levantarte más temprano para andar por la mañana. Comprueba tu agenda y toma decisiones.
8. Refuerza cada logro No lo tomes como “lo que deberías”. Agradece tener voluntad, agradece anteponer caminar antes que otra comodidad, agradece tus sensaciones y recréate en ellas porque son las que mañana te van a movilizar.
9. Investiga qué te anima a seguir. Y si encuentras alguna manera de motivarte tú y de motivar a los demás, ¡compártelo! Seguro que ayudas a muchas otros.
- por Ornela Toledo