Árbol de Navidad: de dónde proviene la tradición
El Árbol de Navidad es una tradición instalada y aunque son múltiples y diversas las historias sobre si origen, la mayoría acuerda el 8 de diciembre como la fecha en que su armado se lleva a cabo
Una de las versiones más populares sostiene que en la antigüedad, los germanos pensaban que tanto la Tierra como los Astros pendían de un árbol gigantesco, el Divino Idrasil o Árbol del Universo, cuyas raíces estaban en el infierno y su copa, en el cielo. Ellos, para celebrar el solsticio de invierno –que se da en esta época en el Hemisferio Norte-, decoraban un roble con antorchas y bailaban a su alrededor. En la copa de este árbol se hallaba Asgard (la morada de los dioses) y el Valhalla (el palacio de Odín, y en las raíces más profundas estaba Helheim (el reino de los muertos).
Cuando estos pueblos fueron evangelizados, los conversos tomaron la idea del árbol para celebrar el nacimiento de Cristo pero cambiándole el significado. Fue en el año 740, que San Bonifacio -el evangelizador de Alemania e Inglaterra- reemplazó el roble por un pino como símbolo de amor eterno de Dios y de vida eterna. A su vez, la forma de triángulo representa a la Santísima Trinidad. El árbol fue adornado con manzanas (como símbolo de la tentación cristiana) y velas (la luz del mundo y la gracia divina).
Los años pasaron y las personas eligieron decorar con bolas y guirnaldas. Esta tradición comenzó en Alemania en 1605 para darle calidez al frío invierno. En Finlandia llegó en 1800, a Inglaterra lo hizo en 1829, y en el Castillo de Windsor se vio por primera vez en 1841, de la mano del príncipe Alberto, esposo de la reina Victoria. A los hogares españoles llegó en 1870.
Existen otras historias que también retoman anécdotas de las comunidades celtas, griegas, y hasta una que dice que fue Martín Lutero impuso el pino en lugar del roble, como árbol navideño.
¿Por qué lo armamos el 8 de diciembre?
En esta fecha se celebra en la tradición cristiana el Día de la Inmaculada Concepción de María, se adjudica a que el Papa Pío IX en esa fecha de 1854 en su bula Ineffabilis Deus, proclamó que María “por un privilegio único, fue preservada de la mancha original desde el primer instante de su concepción”. No existe una relación directa entre este hecho y el armado del arbolito, pero la costumbre se afianzó con el paso del tiempo.