Día Nacional de la Conservación del Suelo
Es uno de los recursos de mayor importancia para la humanidad, conocer, comprender y respetar su lugar en el frágil equilibrio medioambiental es el camino para su preservación a largo plazo.
Cada 7 de julio se celebra el Día Nacional de la Conservación del Suelo, establecido en 1963 por decreto de la Presidencia de la Nación en memoria del Dr. Hugh Hammond Bennet, investigador estadounidense que trabajó por la preservación de la integridad del recurso natural suelo, cuya importancia es vital para la producción agropecuaria.
Durante años el manejo no sustentable del suelo, sobre todo por la labranza mecanizada, impactó negativamente en su productividad sostenible. Sumada la erosión hídrica y eólica, pérdida de nutrientes y de diversidad biológica; la caída drástica de los tenores de materia orgánica evidencian el proceso de degradación.
El estado del suelo influye directamente en su capacidad productiva y por eso se deben tomar medidas para preservar este recurso agotable. Uno de los métodos para la conservación es el sistema de siembra directa -del que Argentina es uno de los países pioneros en su adopción- que propone una agricultura que imite el funcionamiento edáfico de los ambientes naturales. La implementación continua del sistema de siembra directa, con rotaciones con adecuada intensidad y diversidad, la reposición de nutrientes y, más recientemente, el entendimiento (al menos parcial) de la biología de suelos abre un camino cierto para revertir este proceso de deterioro.
Así la implementación de la siembra directa tiende a mejorar las propiedades biológicas, químicas y bioquímicas de la tierra; cambia la composición, distribución y actividad de las comunidades microbianas que nutren el suelo. Permite la no remoción/ descomposición de raíces y la deposición de residuos orgánicos en superficie favorece a la regeneración permanente de poros estables. A ello se suma la acción de lombrices, gusanos e insectos en general con la construcción de galerías. Estos macroporos son continuos son responsables del rápido ingreso y movimiento del agua en el suelo, de favorecer su aireación y de brindar un hábitat favorable para el crecimiento de las raíces
A su vez distintos estudios dieron a conocer que a mayor antigüedad en siembra directa se registran menores niveles de dióxido de carbono. Comenzar a medir la huella de carbono de nuestra agricultura es importante para conocer el impacto de las prácticas productivas sobre el medioambiente.
Por eso este Día Nacional de la Conservación del Suelo se destaca la necesidad de seguir profundizando el estudio de su biología, la interacción con la producción y la preservación para un tratamiento sustentable del suelo como recurso.
Fuente: lanacion.com
Foto: prfarmcredit.com
- por Rocio Gallardo