Los libros que fingimos haber leído

Ya lo aseguraba Gabriel García Márquez: “Creo que las vidas de todos nosotros serían mejores si cada uno de ustedes llevara siempre un libro en su morral”
Y muchos vamos por ahí paseando libros por la ciudad con la intención de encontrar un ratito en la estresada rutina para dedicarnos a leer. Pero seamos realistas, por lo general vuelven a casa sin haber siquiera salido de la mochila.
Muchas veces decimos que leemos más de lo que realmente lo hacemos. Y en eso se interesó Book Riot, el sitio de libros editoriales independiente más grande de América del Norte. Para descubrir cuáles son los libros sobre los que más mentimos, el sitio propuso una encuesta entre sus lectores que dio como resultado el listado de los 20 libros que una gran mayoría de personas fingen haber leído.
La nómina no sorprende si tenemos en cuenta que muchos de ellos representan lo más clásico de la literatura, esos que quizás te hagan parecer intelectual y culto. Pero también inlcuye sagas de moda que, al igual que las novedades por streaming, dan tema de charla en la calle.
Aquí, la lista completa:
Orgullo y prejuicio – Jane Austen Ulises – James Joyce Moby Dick – Herman Melville Guerra y paz – Lev Tolstoi La Biblia 1984 – George Orwell El señor de los anillos – J.R.R. Tolkien El gran Gatsby – F. Scott Fitzgerald Anna Karenina – Lev Tolstoi El guardián entre el centeno – J.D. Salinger La broma infinita – David Foster Wallace Trampa 22 – Joseph Heller Matar a un ruiseñor – Harper Lee 50 sombras de Grey – by E.L. James Jane Eyre – Charlotte Bronte Crimen y castigo – Fyodor Dostoevsky Cumbres borrascosas – Emily Bronte Grandes esperanzas – Charles Dickens Harry Potter – J.K. Rowling Historia de dos ciudades – Charles Dickens
¿Te atrapé en alguno? Mentir no está bien, pero existen corrientes literarias que analizan el fenómeno de aquellos que alardean lecturas falsas. ¿Y saben qué? El que finge leer, también lee: un resumen, una crítica, un texto que analiza el libro.
Pero tranquilos, siempre estamos a tiempo de volver al estante de nuestra biblioteca y retomar la lectura, porque los libros, como el tango, saben esperar.
- por Georgina Pepe