Los Óscars hacen historia
El próximo Domingo 27 de marzo se llevará a cabo la 94° ceremonia de entrega de los Premios de la Academia.
Un evento tan esperado como comentado, en la previa y mucho después.
Mientras aguardamos que la alfombra roja se llene de figuras y vestidos glamorosos, repasamos curiosidades de este galardón, el más importante de la industria cinematográfica.
El secreto
En 1929 se celebró la primera ceremonia. Fue un banquete en el Blossom Room del Hollywood Roosevelt Hotel, con 270 invitados, y en esa oportunidad ya se conocían los ganadores tres meses antes. Al año siguiente se decidió llevar la expectativa hasta el día de la entrega. Sin embargo, tuvieron que pasar diez años hasta que se eligiera el sistema de sobre cerrado, luego de una filtración de la lista de ganadores en Los Ángeles Times.
No se puede vender
Algunos fanáticos pagarían mucho dinero por tener en sus hogares la estatuilla de una figura de Hollywood. Y muchas de ellas han intentado venderlo. Para evitar esto, desde 1950 los premiados firman un contrato en el que se específica que, antes de venderla, tienen la obligación de ofrecérsela a la Academia por el simbólico precio de un dólar.
Todos los entregados antes de ese año podían ser comercializados. Así es como Michael Jackson tiene el récord por haber adquirido el más caro (legalmente) por 1.540.00 dólares, y era concretamente el Oscar que ganó “Lo que el viento se llevó” a la mejor película en 1940.
La excepción
Todas las estatuillas entregadas tienen el mismo diseño, aquel bocetado en la década del 20 por el irlandés Cédric Gibbons. Todas menos dos.
El primer caso se dio en 1938, cuando el ventrílocuo Edgar Bergen recibió el Oscar honorífico por haber creado al muñeco Charlie McCarthy. En aquella ocasión el Oscar fue tallado en madera, a la proporción del muñeco y con la boca articulada.
Un año más tarde, cuando Walt Disney recibió el Óscar también honorífico por Blancanieves y los siete enanitos, recibió un Oscar como todos los demás, y otros siete chiquiticos.
Empate técnico
Los premios son entregados mediante el voto de los miembros de la academia y puede darse que la cuenta final de empate. Solo ha sucedido dos veces en las categorías más importantes.
El primero se dio en 1932, cuando les fueron entregadas sendas estatuillas al mejor actor a Fredric March, por Dr. Jekyll y Mr. Hyde y a Wallace Beery, por El Campeón. El segundo tuvo lugar en 1968 y sus protagonistas fueron Barbara Streisand y Katharine Hepburn por Funny Girl y El león en invierno respectivamente.
El error más recordado
En 2017 se produjo un “blooper” increíble, cuando se anunció que “La La Land” ganaba a Mejor Película.
Faye Dunaway y Warren Beatty eran los encargados de entregar esa estatuilla al final de la gala. Habían sido convocados por el aniversario número 50 de “Bonnie and Clyde”, donde ambos interpretaron a la célebre pareja de bandidos. Beatty abrió el sobre, leyó la tarjeta y, tras dudar unos segundos, se la mostró a Dunaway, quien pronunció: “La La Land”. De pronto gente corriendo de un lado a otro. Después de deliberar, Fred Berger, productor de la película, y señaló: “Por cierto, hemos perdido. Hubo un error. ‘Moonlight’ ganó como mejor película. No es una broma”
Por primera vez en la historia y gracias a la popularidad de las plataformas de streaming llegamos a esta edición con la posibilidad de ver muchas de los films nominados. El próximo domingo todos los que amamos el cine estaremos expectantes a otra nueva edición de esta entrega y quizás, por qué no, ansiosos porque un nuevo momento histórico nos tenga como espectadores.
Parecería que lo que pasa en Los Ángeles no queda solo en Los Ángeles:
Mientras aguardamos que la alfombra roja se llene de figuras y vestidos glamorosos, repasamos curiosidades de este galardón, el más importante de la industria cinematográfica.
El secreto
En 1929 se celebró la primera ceremonia. Fue un banquete en el Blossom Room del Hollywood Roosevelt Hotel, con 270 invitados, y en esa oportunidad ya se conocían los ganadores tres meses antes. Al año siguiente se decidió llevar la expectativa hasta el día de la entrega. Sin embargo, tuvieron que pasar diez años hasta que se eligiera el sistema de sobre cerrado, luego de una filtración de la lista de ganadores en Los Ángeles Times.
No se puede vender
Algunos fanáticos pagarían mucho dinero por tener en sus hogares la estatuilla de una figura de Hollywood. Y muchas de ellas han intentado venderlo. Para evitar esto, desde 1950 los premiados firman un contrato en el que se específica que, antes de venderla, tienen la obligación de ofrecérsela a la Academia por el simbólico precio de un dólar.
Todos los entregados antes de ese año podían ser comercializados. Así es como Michael Jackson tiene el récord por haber adquirido el más caro (legalmente) por 1.540.00 dólares, y era concretamente el Oscar que ganó “Lo que el viento se llevó” a la mejor película en 1940.
La excepción
Todas las estatuillas entregadas tienen el mismo diseño, aquel bocetado en la década del 20 por el irlandés Cédric Gibbons. Todas menos dos.
El primer caso se dio en 1938, cuando el ventrílocuo Edgar Bergen recibió el Oscar honorífico por haber creado al muñeco Charlie McCarthy. En aquella ocasión el Oscar fue tallado en madera, a la proporción del muñeco y con la boca articulada.
Un año más tarde, cuando Walt Disney recibió el Óscar también honorífico por Blancanieves y los siete enanitos, recibió un Oscar como todos los demás, y otros siete chiquiticos.
Empate técnico
Los premios son entregados mediante el voto de los miembros de la academia y puede darse que la cuenta final de empate. Solo ha sucedido dos veces en las categorías más importantes.
El primero se dio en 1932, cuando les fueron entregadas sendas estatuillas al mejor actor a Fredric March, por Dr. Jekyll y Mr. Hyde y a Wallace Beery, por El Campeón. El segundo tuvo lugar en 1968 y sus protagonistas fueron Barbara Streisand y Katharine Hepburn por Funny Girl y El león en invierno respectivamente.
El error más recordado
En 2017 se produjo un “blooper” increíble, cuando se anunció que “La La Land” ganaba a Mejor Película.
Faye Dunaway y Warren Beatty eran los encargados de entregar esa estatuilla al final de la gala. Habían sido convocados por el aniversario número 50 de “Bonnie and Clyde”, donde ambos interpretaron a la célebre pareja de bandidos. Beatty abrió el sobre, leyó la tarjeta y, tras dudar unos segundos, se la mostró a Dunaway, quien pronunció: “La La Land”. De pronto gente corriendo de un lado a otro. Después de deliberar, Fred Berger, productor de la película, y señaló: “Por cierto, hemos perdido. Hubo un error. ‘Moonlight’ ganó como mejor película. No es una broma”
Por primera vez en la historia y gracias a la popularidad de las plataformas de streaming llegamos a esta edición con la posibilidad de ver muchas de los films nominados. El próximo domingo todos los que amamos el cine estaremos expectantes a otra nueva edición de esta entrega y quizás, por qué no, ansiosos porque un nuevo momento histórico nos tenga como espectadores.
Parecería que lo que pasa en Los Ángeles no queda solo en Los Ángeles:
- por Georgina Pepe