En el fútbol sudamericano, pocos equipos cuentan con una historia tan rica y arraigada como Nacional de Uruguay.

Fundado en 1899, este club no solo ha dejado una huella imborrable en el terreno de juego, sino que también ha cultivado una identidad única que se refleja en sus apodos. Uno de los más icónicos es “el Bolso”, un sobrenombre que se ha convertido en sinónimo de la institución y que tiene sus raíces en un detalle particular de su indumentaria.

El apodo se remonta a los primeros años del club, específicamente a su uniforme. En sus inicios, Nacional vestía una camiseta roja con pantalones y medias azules, en homenaje a la bandera del prócer uruguayo José Gervasio Artigas. Sin embargo, en 1902, la Asociación Uruguaya de Fútbol solicitó al club cambiar los colores de su camiseta para diferenciarse de otros equipos históricos como Albion. Fue en ese momento que Nacional adoptó su icónica camiseta blanca, la cual se destacaba por tener el escudo del equipo bordado sobre un pequeño bolsillo en el pecho. Este detalle dio origen al apodo de “Bolsillo”, que con el tiempo se simplificó a “Bolso”.

El término “Bolso” ha trascendido su origen literal para convertirse en un símbolo de identidad y pertenencia entre los hinchas de Nacional. No es solo un reflejo de la vestimenta del equipo, sino también un emblema de la pasión y el orgullo que los seguidores sienten por su club. A lo largo de las décadas, este apodo ha sido repetido con cariño y respeto por miles de fanáticos, hasta el punto de convertirse en una marca registrada del club.

En conclusión, el apodo es mucho más que un simple mote; es un lazo que une a generaciones de hinchas de Nacional con su historia y sus tradiciones. Este sobrenombre, nacido de un pequeño detalle en la camiseta, ha crecido y evolucionado, al igual que el club, para convertirse en un símbolo inconfundible de uno de los equipos más grandes de Uruguay y del continente.