WhatsApp: aliada de las parejas
La aplicación de mensajería instantánea más importante del planeta aliada de las parejas
Eellon América Latina la plataforma se ha convertido en la más utilizada por compañeros, familiares, amigos y parejas, y aunque hasta el momento los análisis se han centrado en las confusiones que a veces generan los mensajes y el ruido de sentido que provocan los gifs, los emojis y los stickers, un nuevo estudio ha señalado que en realidad WhatsApp sería un aliado en caso de discusión.
La Universidad de Reichman, a cargo de esta investigación, ha analizado cómo impacta el uso de WhatsApp durante los procesos de desacuerdo, discusión, enojo, distanciamiento y reconciliación de una pareja. Los expertos aseguran que, aunque la Generación X tiene el preconcepto de que la comunicación cara a cara es superior al discurso digital, esto no es necesariamente cierto.
Los profesionales profundizaron los tres tipos de enojo que la psicología señala como más habituales en las parejas, por fuera de la virtualidad: los evasivos, los emocionales y los racionales. El objetivo era revisar cómo se desarrollan esas variantes en la aplicación de mensajería. Los investigadores hallaron que las conductas en la vdia real se replican en WhatsApp. Por ejemplo, aquellas personas evasivas ignoran, los emocionales envían aluviones de mensajes para despejar su enojo, y los racionales dedican más tiempo a la lectura para comprender los argumentos de su pareja.
Para llegar a estas conclusiones los investigadores entrevistaron a 18 parejas con más de cinco años juntos y de entre los 35 y los 50 años de edad. La posibilidad de que existe una vía de correspondencia escrita inmediata les brindaba a los integrantes la posibilidad de volver a leer y procesar el punto de vista de la otra persona con mayor tranquilidad.
Además, el tiempo entre cada mensaje puede resultar una ventaja para emitir una respuesta más favorable hacia la reconciliación.
La tecnología nos ofrece una gran cantidad de herramientas, su uso siempre dependerá de cristal con que se mire.
- por Georgina Pepe